El Románico es un arte fundamentalmente religioso.
Por esta razón, sus principales manifestaciones se darán en iglesias y
monasterios. Estos edificios estarán caracterizados por la austeridad,
la sencillez y, especialmente, por su solidez.
Las iglesias románicas presentan una planta en forma de cruz latina, con una o tres naves generalmente, siendo la central más amplia que las laterales. Cada una de las naves acaba en su respectivo ábside, casi siempre semicircular.
El arco de medio punto es uno de los elementos constructivos identificadores de este estilo. En el interior de los edificios, el arco de medio punto está sustentado por capiteles, habitualmente decorados, bien con escenas bíblicas, bien con animales fantásticos, elementos geométricos o vegetales. Columnas o pilares sostienen las arquerías.
La bóveda de cañón, constituida por la sucesión de arcos de medio punto, es otro elemento identificador. Con las bóvedas se obtiene una mayor solidez en las edificaciones. Pero, al ser más pesadas que los techos de madera, las bóvedas requieren que los muros sean más gruesos. Estos muros deben ser sustentados por contrafuertes, tanto en el interior como en el exterior. Todos estos elementos constructivos dotan al edificio de un aspecto sólido, con el fin de perdurar en el tiempo.
Las iglesias románicas presentan una planta en forma de cruz latina, con una o tres naves generalmente, siendo la central más amplia que las laterales. Cada una de las naves acaba en su respectivo ábside, casi siempre semicircular.
El arco de medio punto es uno de los elementos constructivos identificadores de este estilo. En el interior de los edificios, el arco de medio punto está sustentado por capiteles, habitualmente decorados, bien con escenas bíblicas, bien con animales fantásticos, elementos geométricos o vegetales. Columnas o pilares sostienen las arquerías.
La bóveda de cañón, constituida por la sucesión de arcos de medio punto, es otro elemento identificador. Con las bóvedas se obtiene una mayor solidez en las edificaciones. Pero, al ser más pesadas que los techos de madera, las bóvedas requieren que los muros sean más gruesos. Estos muros deben ser sustentados por contrafuertes, tanto en el interior como en el exterior. Todos estos elementos constructivos dotan al edificio de un aspecto sólido, con el fin de perdurar en el tiempo.

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